18 J

Acabo de terminar de ver “18 J” en DVD (si, así como hay un 11M y un 11S, en la Argentina hay un 18J), un largometraje compuesto por 10 cortometrajes producidos por el INCAA y otras importantes productoras, en homenaje a las víctimas del atentado a la sede de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), que se perpetró el 18 de Julio de 1994 en plena ciudad de Buenos Aires en el Barrio de Once (esquina Pasteur y Tucumán) cuando un coche bomba estalló, con 85 víctimas fatales.
Tras un prólogo de Norma Aleandro “Sin memoria es imposible construir el futuro” comienzan a desarrollarse las distintas miradas (sobre la tragedia) de los 10 directores que componen esta obra esencial del cine Argentino. En el siguiente orden se van sucediendo uno a otro: Adrián Caetano “86”, Daniel Burman “Sin título”, Lucía Cedrón “Mitzvah”, Alberto Lecchi “La llamada”, Juan B. Stagnaro “La divina comedia”, Marcelo Schapces “La ira de Dios”, Mauricio Wainrot “Lacrimosa”, Adrián Suar “Sorpresa”, Alejandro Doria “Vergüenza”, Carlos Sorín “La Memoria”.

Cada uno tiene su aporte a esta reconstrucción de la memoria, pero sin dudas el que resume de manera precisa la impotencia de que hayan pasado casi 11 años (10 años y 9 meses se cumplen este lunes 18) y muchas de las pistas hayan sido “extraviadas” y peor aún, no se sepa como y por qué paso, es el corto de Alejandro Doria “Vergüenza”.

Una mujer sube inevitablemente la alta escalera acaracolada. Allá arriba entra a un espacio extraño. Las paredes están tapizadas en su totalidad con las primeras planas de los diarios que informan sobre el horror del atentado. Hay una mesa y una silla; más allá un reloj en la pared detenido a las 9:53 de aquel día trágico. La mujer (representada por la actriz Susú Pecoraro) se acerca a la ventana por la que entra una luz casi enceguecedora, refiere que le duele la garganta y con el tema "Balada para mi muerte" de fondo (de Astor Piazzolla y Horacio Ferrer) comienza a decir:

“Primero fue el sonido,
insoportable como el estallido de un volcán,
un trueno terrible,
parecía interminable,
totalmente imposible.
Después las paredes
que se descomponían en pedazos
y el viento,
feroz,
en el que volaban los vidrios,
piedras,
seres humanos todavía vivos.
El horror”

….. y sigue haciendo un resumen donde habla de los 7 años con el juez Juan José Galeano, de los 400000 dólares que entregó la secretaría de inteligencia del país, de los 66 cassettes que desaparecieron con las pruebas, de como un colaborador del servicio secreto brasilero, la propia cancillería de Brasil y nuestro embajador en el Líbano, con meses de anticipación alertaron que se preparaba una atentado, de la protección del gobierno de la pista Siria, en fin… a mirar la película que vale la pena.

Si querés saber más sobre el 18 J aquí hay una página del gobierno Argentino con varios enlaces.